Por Vanessa Marsh
- Tendencias21.net: Un chip capaz de comunicar a los objetos entre sí a través de ondas de radio
de corta duración a una velocidad de 0,2 segundos, frente a los 10 segundos de
las tecnologías actuales, ha sido desarrollado por una start-up con la
finalidad de permitir a un usuario de teléfono móvil conectar en plena calle
con un cartel cinematográfico, obtener un resumen de la película y reservar
butaca. La tecnología puede aplicarse también a escaparates y ha iniciado una
experiencia piloto en el museo de Madame Tussaud de Londres.
Un chip que transforma las vallas publicitarias en
servidores multimedia ha sido desarrollado por la sociedad Kemeleon, creada en
2002, con el apoyo del protocolo
Bluetooth.
El chip permite, por ejemplo, que paseando por la calle, una persona observe el
cartel de una película. Orientando el teléfono móvil hacia el cartel, recibirá
en su aparato un mensaje sobre el film y con un clic podrá reservar butaca para
la sesión de las 22 horas.
El chip está disimulado en el cartel de la película y se comunica con el
teléfono móvil del paseante a través de un sistema inalámbrico Bluetooth. Por lo
que respecta al móvil, tampoco muestra muchos cambios: incorpora un pequeño
programa informático (Java), similar al de los videojuegos, que se descarga
gratuitamente de Internet.
Gracias a este sistema, los objetos se comunican entre sí. La tecnología puede
aplicarse no sólo a los carteles cinematográficos, sino a los anuncios
inmobiliarios, a los escaparates de las tiendas, a las puertas de los garajes.
Gama de posibilidades
La tecnología accede a través del teléfono móvil a información que hoy está al
alcance sólo de la voz o de una pantalla de ordenador conectado a Internet, lo
que pone a disposición de los usuarios una nueva y potente gama de
posibilidades.
Aunque las primeras aplicaciones sugeridas están orientadas a facilitar el
consumo, esta tecnología permite también disponer en el móvil del plano del
Metro o de una guía de direcciones útiles que están fuera de la memoria del
aparato, y a la que se accede gracias a la comunicación entre objetos.
Normalmente, el sistema Bluetooth es muy lento, ya que necesita una decena de
segundos para establecer el contacto, lo que puede suponer mucho tiempo para los
hábitos de comunicación de nuestra época.
Sin embargo, el chip desarrollado por Kameleon reduce este tiempo de conexión a
0,2 segundos, frente a los 10 segundos de las tecnologías actuales, lo que
representa toda una proeza tecnológica que hace muy atractivo al sistema, tanto
para la industria como para el usuario.
Última generación
El chip está dotado del potente microprocesador de última generación ARM 9 (Advanced
Risc Machine), de 32 Mb de memoria, y de un conector Bluebooth. Técnicamente fue
necesario acelerar al máximo el protocolo que permite a los procesadores
Bluebooth, ya sean teléfonos o agendas electrónicas, reconocerse y comunicarse
entre sí.
La idea de convertir a los objetos en comunicantes se extiende cada vez más.
Además del Bluetooth se usan también las etiquetas electrónicas RIFD o sistemas
de identificación por radiofrecuencia (Radio Frecuency Identificación Devices),
un dispositivo próximo a las actuales etiquetas de códigos de barras.
Aunque el resultado es el mismo, el chip aportado por Kameleon supera todas las
prestaciones disponibles hasta el momento para la comunicación entre objetos.
El chip de Kameleon ya se experimenta en el museo
Madame Tussaud de Londres, que ha camuflado cerca de sus principales
atracciones un chip que transmite información multimedia a los visitantes vía
Bluetooth (ondas de radio de corto alcance), a la que pueden acceder a través de
sus teléfonos móviles.
Vieja aspiración
La filosofía de este producto se basa en una vieja aspiración: guiar a los
ciegos o personas con escasa visión a través de una ciudad. El sistema:
conseguir que los objetos les indiquen donde se encuentran.
Partiendo de esta idea, Fabien Beckers, el fundador de Kameleon, compartió sus
estudios de física cuántica en Cambridge con el desarrollo de este chip capaz de
comunicar con cualquier terminal móvil.
Aunque en un principio se pensó en que enviara únicamente mensajes de voz, luego
el abanico de posibilidades fue extendiéndose hasta el multimedia: el envío de
voz e imágenes e incluso conectar el terminal con un sitio de Internet para
ampliar información.
El campo de aplicaciones es inmenso, desde el envío de tráileres de las
películas elegidas en plena calle, hasta la presentación de productos expuestos
en un escaparate y la transferencia de música de una promoción.
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