Agencias -
El dicho popular de que el dinero no da la felicidad no es cierto, o al menos no
según una encuesta elaborada por el prestigioso Centro de Investigación Pew que
indica que la mitad de los interrogados con ingresos familiares por encima de
los 100.000 dólares anuales se consideran "muy felices".
Mientras tanto, esta percepción la comparten solamente el 24 por ciento de
aquellos con ingresos de menos de 30.000 dólares al año.
En un país donde la felicidad se considera un derecho y como tal está incluido
en la Declaración de la Independencia, el concepto es fruto constante de
análisis y encuestas.
Este sondeo, sin embargo, arroja resultados peculiares.
El estudio, por ejemplo, echa por tierra el concepto, hasta ahora muy arraigado,
de que las personas que tienen mascotas son más felices que aquellas sin
animales de compañía.
No hay correlación entre ambos factores, como tampoco lo hay entre la felicidad
y el tener o no niños o estar trabajando y haberse jubilado.
Sí hay, en cambio, una fuerte relación -positiva, en este caso- entre el estado
civil y el grado de felicidad, ya que las personas casadas se declaran más
felices que las solteras.
De la misma manera, los simpatizantes del Partido Republicano son más felices
que los del Partido Demócrata, y los que viven en el campo se declaran más
felices que los urbanitas.
La raza juega un papel importante en este sentido en los Estados Unidos, ya que
el 36 por ciento de los blancos y el 34 por ciento de los hispanos se declaran
"muy felices", mientras que entre los negros solamente el 28 por ciento se
declara feliz.
No hay prácticamente diferencias al respecto entre hombres y mujeres, y en
cuanto a la edad sí es un factor determinante pero de manera opuesta a lo que se
cree popularmente, ya que las personas de más de 65 años se declaran más felices
que los jóvenes de entre 18 y 29 años.
En el caso de los hombres, esta diferencia es más pronunciada, de nada menos que
15 puntos porcentuales.
Dicho lo cual, la propia encuesta advierte sobre sus limitaciones: buena parte
de las investigaciones al respecto sugieren que la felicidad del individuo está
fuertemente influenciada por los eventos vitales (muerte de un familiar, éxito
profesional, por ejemplo), así como por atributos personales (como el optimismo,
capacidad de amar o falta de autoestima).
Este sondeo no tiene en cuenta las circunstancias en la vida de los
participantes ni tampoco sus atributos psicológicos, sino que se limita a
estudiar la percepción de felicidad en relación a los datos puramente
demográficos.
En total, el 84 por ciento de los estadounidenses se describe como "bastante" o
"muy feliz", un porcentaje que en opinión de algunos es de lo más engañoso.
"No mucha gente está dispuesta a admitir a su encuestador que son unos infelices
fracasados", señaló Darrin McMahon, autor de un libro sobre el tema y profesor
de la Universidad Estatal de Florida, al diario "Washington Post".
Por encima de ello hay que destacar que la encuesta, que tiene en cuenta tantos
factores, deja lo principal sin respuesta: ¿qué es, al fin y al cabo, la
felicidad?
Para la actriz sueca Ingrid Bergman, "la felicidad es buena salud y mala
memoria". Mientras tanto, otros prefieren no "comerse el tarro" y seguir el
consejo del cantante Bobby McFerrin: "Don t worry. Be Happy" (No te preocupes.
Sé feliz). |